• Share this text:
Report Abuse
Jorge Luis Borges - By A.S. on 6th December 2020 01:19:52 AM



¿Recuerdas...? Ante el librero, lo primero que saltó ante ti era aquel grueso libro que recopilaba los cuentos de Jorge Luis Borges, aquel que pretendía destruir la literatura con la misma literatura, que planteó modelos matemáticos complejos mediante sus cuentos, y que luego del fatídico golpe con la ventana, activó alguna parte de su cerebro, quizás más en el cerebelo, el que tiene mucho que ver con la memoria para escribir así de esa manera distinta, tan universal, tan mística, tan compleja, a medida que perdía lentamente la vista...



LOS DOS QUE SOÑARON

Cuentan que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo:

—Tu fortuna está en Persia, en Isfahán; vete a buscarla.

A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfahán, pero lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a esta, una casa y una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron y pidieron socorro.

Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella encontraron al hombre de El Cairo y lo llevaron a la cárcel. El juez lo hizo comparecer y le dijo:

— ¿Quién eres y cuál es tu patria?

El hombre declaró:

—Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Yacub El Magrebí.

El juez le preguntó:

— ¿Qué te trajo a Persia?

El hombre optó por la verdad y le dijo:

—Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfahán, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfahán y veo que la fortuna que me prometió ha de ser esta cárcel.

El juez se echó a reír:

—Hombre desatinado —le dijo—, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín y en el jardín, un reloj de sol y después del reloj de sol, una higuera, y bajo la higuera, un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has venido bajo la sola fe de tu sueño. Toma estas monedas y vete.

El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la higuera de su casa (que era la del sueño del juez) desenterró el tesoro.

Texto adaptado de: Weil G. (1860). Historia de los dos que soñaron. En: Borges, J.L., Bioy Casares, A. y Ocampo, S. (1965). Antología de la literatura fantástica. Buenos Aires: Sudamericana.


Entre otros autores de la biblioteca, resaltan dos a escoger:

                                     Gabriel García Márquez                       José Santos Chocano


Report Abuse

Login or Register to edit or copy and save this text. It's free.